La producción porcina se enfrenta a un reto clave: aumentar la eficiencia sin comprometer el medio ambiente.

Para lograrlo, ya se implementan prácticas que reducen el consumo de recursos y minimizan el desperdicio.

Entre las estrategias para afrontar el desafío ambiental:

Gestionar el estiércol de manera alternativa, enfocándose en reducir la liberación de nitrógeno y fósforo.

Una alimentación dirigida a mejorar la eficiencia y reducir residuos innecesarios.

Optimizar el uso de medicamentos.

Manejar de forma segura las pérdidas de animales para evitar problemas relacionados con la eliminación de residuos, etc.

El sector porcino está en el camino de producir más y mejor con menos impacto. Y esto es posible apostando por la innovación y la sostenibilidad en cada etapa del proceso.

¿Con qué estrategias estás afrontando el desafío ambiental?